El fútbol está viviendo una transformación silenciosa, liderada por la IA (inteligencia artificial). En este momento, destacan dos torneos clave: el Mundial de Clubes 2025 y la Copa Oro 2025. Estas competiciones no solo suman emoción para millones de aficionados, sino que también representan un escenario ideal para desplegar nuevas tecnologías.
La IA permite analizar en tiempo real el posicionamiento de cada jugador en el campo. También ayuda a detectar faltas con más precisión y hasta anticipar jugadas o posibles lesiones. Esto no solo optimiza el rendimiento, también eleva la justicia en la aplicación del reglamento.
Sin embargo, existe cierta tensión: ¿hasta qué punto queremos volverlo todo perfecto? El VAR redujo errores arbitrales evidentes, pero algunos sienten que enfría la pasión del juego. La esencia impredecible y humana del fútbol podría estar en riesgo.
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IA: Innovación vs Tradición En La Cancha
Es evidente que los grandes torneos son un laboratorio ideal. Aunque aún no vemos IA desplegada masivamente en el campo, todo apunta a que para el Mundial de 2026 habrá una adopción mucho más profunda. Aunque también existe la posibilidad de que la preferencia del público por un juego más «orgánico» sea más fuerte.
Segundo, dispositivos como Google Gemini o ChatGPT están cambiando la experiencia del aficionado. Imagina un turista que no habla español, recibiendo recomendaciones en tiempo real de restaurantes, transporte o explicaciones de cánticos. Esto puede transformar por completo la vivencia en los estadios y alrededores.
Tercero, la analítica avanzada basada en IA ya impulsa sistemas predictivos como “goles esperados” (xG) o “asistencias esperadas” (xA). Estos indicadores mejoran la toma de decisiones tácticas y el análisis de rendimiento. También puede evaluar el rendimiento cognitivo y el índice de probabilidad de victoria de un equipo.
Tecnología IA Dentro Y Fuera Del Terreno
Por un lado, la IA aplicada in situ —como sensores en balones o sistemas de semiautomáticos fuera de lugar— ya se utiliza en clubes de elite. Instrumentos como el ojo de halcón y VAR han abierto la puerta para una supervisión más inteligente del juego.
Por otro lado, sistemas como PassAI, desarrollados con algoritmos explicables, analizan el éxito o fracaso de pases basados en múltiples modalidades de datos. Y proyectos como el de predicción de resultados del Mundial mejoran la toma de decisiones en scouting y apuestas.
Además, se han desarrollado modelos que determinan costos de traspaso basados en rendimiento, apoyando decisiones financieras de los clubes. La IA convierte al fútbol en un deporte más inteligente y rentable.
¿Se Pierde La Esencia Del Juego?
La gran pregunta sigue siendo: ¿tecnología sí o no? El uso excesivo frena el caos y la pasión que caracterizan al fútbol. Pero, al mismo tiempo, esta revolución aporta justicia, eficiencia y mayor accesibilidad.
El reto está en encontrar el balance correcto. La IA debe ser aliada, no sustituta. Que aporte al espectáculo sin eliminar lo impredecible y humano.
Hay que reconocer que la IA ya no es ciencia ficción: está aquí. Camina de la mano con el espectáculo y abre nuevas formas de vivir el fútbol. La pregunta queda en el aire: ¿Estamos listos para acompañar lo nacido en la cancha con lo inventado en los laboratorios?